Al menos 300 miembros de la comunidad indígena emberá llegaron de nuevo a Bogotá
Aunque los Emberá aman profundamente su tierra, muchos de ellos han tenido que abandonar sus comunidades y desplazarse hasta ciudades como Bogotá. ¿La razón? Violencia, abandono estatal y la amenaza de grupos armados ilegales.
Llegaron a Bogotá buscando ayuda del Gobierno. Pero aún no han recibido todo lo que necesitan. Por eso, el 19 de mayo volvieron a acampar en el Parque Nacional para pedir mejores condiciones mientras esperan volver a su casa.
En sus territorios —especialmente en departamentos como Chocó o Risaralda— enfrentan conflictos por el control del territorio, presencia de narcotráfico, minería ilegal, y falta de acceso a salud, educación y alimentación digna. Esto ha hecho que muchas familias Emberá ya no puedan vivir seguras ni continuar con su forma de vida tradicional.
¿Quiénes son los Emberá?
Los Emberá son uno de los pueblos indígenas más importantes de Colombia. También habitan en Panamá. Viven en su mayoría en departamentos como Chocó, Risaralda, Antioquia, Valle del Cauca y Córdoba, y se destacan por tener un profundo respeto por la naturaleza, la espiritualidad y las tradiciones de sus ancestros.
El Jaibaná, hombre o mujer, tiene una función de gran importancia en el manejo de la vida mágico-religiosa del grupo, pues como parte de la cosmovisión Embera, los dioses transmiten y depositan gran parte de su conocimiento en el jaibaná.
El sistema de producción se basa en la agricultura de selva tropical, en parcelas donde cultivan café, cacao, chontaduro, maíz, fríjol y caña de azúcar, entre otros productos. Además, practican la caza, la pesca, la recolección y en menor medida, la extracción de madera y oro. En los indígenas Embera están constituidos en dos grandes grupos:
Dobida y Eyabida. Los Dobida son la gente cuyo modo de vida gira en torno al río: sus casas y huertos están a orillas del río, la pesca es una actividad permanente.
Entre los Eyabida que se encuentran los Embera Katío y los Embera Chamí.
Los actuales pueblos Emberas (Katío, Chamí, Dodiba, y Eperara Siapidara) en tiempos prehispánicos compartieron un espacio común. En la actualidad, finales del siglo XX, los Emberá con territorio fraccionado debido a los procesos de conquista, colonización y contacto con otras culturas (indígena, negra, blanca) y teniendo para cada cada región se distanció de las demás.
Ven te contamos...
Vivienda
Este grupo se destaca por la dispersión de sus asentamientos ubicados sobre las cuencas de los ríos, en donde han desarrollado por cientos de años una cultura adaptada a los ecosistemas de selva húmeda tropical. Habitan en tambos rectangulares construidos en guadua, separados entre sí y ocupados por varias generaciones de una familia extensa.
Actualmente los planes de vivienda impulsados por las entidades gubernamentales y religiosas han propiciado la nucleación de sus asentamientos. Hoy en día son comunes las veredas conformadas por varias viviendas, una casa comunal -donde está el cepo- y una escuela.
La mayoría de las viviendas de las comunidades, se encuentran en un estado de deterioro, pues el 69% están en condiciones irregulares, el 22% son consideradas malas y sólo el 9% presentan un estado aceptable.
Producción
Los Emberas Chamí del alto San Juan hasta no hace más de un siglo basaban su fuente alimenticia en la recolección de frutos, la caza y la pesca, muy propia de su condición de pueblo seminómada en ese momento, pero debido al contacto con los Kapunías y los centros poblacionales se comenzó a generar un vínculo de oferta de mano de obra y de consumo que provocó un cambio en las prácticas de producción y en la dieta alimenticia, asumiendo la agricultura como un medio de subsistencia.
Cultura
Dentro de la comunidad se mantienen muchas tradiciones culturales, como el tejido de las chaquiras, pecheras, collares, manillas, correas, aretes, canastas, esteras, ceras, chinas, petacas, tucungos, igual las ollas son construidas con arcillas para el uso diario en la preparación de alimentos y de preparación de bebidas tradicionales como el viche, guarapo, chicha de maíz o chontaduro. Lo relevante es que trabajan a mano sus propios vestidos tradicionales.
La educación desde los pueblos indígenas es vista como el conocimiento que se obtiene desde la familia, la comunidad, el trabajo colectivo, a través de la experiencia que van dejando nuestros ancestros, porque de generación en generación se ha venido trasmitiendo el saber tradicional de forma oral.
¿Qué podemos aprender?
Las familias Emberá no quieren quedarse para siempre en Bogotá, quieren regresar a sus tierras, con condiciones que cuiden su salud y su cultura. Están protestando pacíficamente porque dicen que el Gobierno Nacional ha hecho muchas promesas que no ha cumplido.
👉 Los Emberá no están allí por gusto. Están luchando por sus derechos.
Querido niño, querida niña:
Cuando crezcas y trabajes —ya sea en una oficina del gobierno, en una empresa, o en cualquier lugar donde tomes decisiones— recuerda este momento.
Recuerda a las familias Emberá que tuvieron que dejar su casa, que acamparon en un parque esperando ayuda, que lucharon por sus derechos sin perder su dignidad.
Cuando seas grande,
usa tu cargo para hacer el bien. No te enredes en excusas, ni permitas que la burocracia te impida actuar.
Piensa en las personas, en sus historias, en sus necesidades reales.